DE CÓMO CRASHDIET SE VOLVIÓ FRANKENSTEIN Y DAVE LEPARD LIBERÓ A UNA GENERACIÓN

Ser un outisder, incomprendido, excluído es parte del rock and roll. Es justo mencionar que l@s rocker@s lo disfrutamos, consciente o inconscientemente. Ser parte del sistema, vestirte igual a todos, tener las mismas prioridades que el resto no forma parte del imaginario del rock, que nació justamente como un movimiento contestatario ante un establishment rígido como el de Eisenhower en los ‘50.

Hay formas de vivirlo. Puedes exagerarlo como Bowie o Kiss, transformarlo en una crítica social como hizo el Thrash Metal, romantizarlo como las corrientes góticas o el Emo. O puedes transformarte en un bad ass como Dave Lepard.

Claro que aparentemente, el hombre tenía un corazón de oro. Muy probable es que este personaje motherfucker, de pelo escarmenado, ropa rasgada y pantalones de cuero comenzara a comerse a David Hellman, la persona.

En una entrevista con el sitio RockEyez.com, Lisbeth Hellamn, su mamá, lo recuerda como alguien que veía a un vagabundo en la calle y le entregaba todo lo que tenía y que, al hacerse famoso, contestaba cada uno de los correos que recibía de sus fans.

Perfeccionista hasta la obsesión, era ese tipo que hace su cama sagradamente todos los días y de una manera impecable. No queda claro si el rock and roll se cruzó en el camino de David o viceversa pero sí sabemos que eso pasó cuando tenía 5 años y vio una guitarra de juguete que compró con sus ahorros hasta que a los 10, recibió su primera guitarra de verdad para Navidad.

En una época en que el Sleaze no podía estar más muerto, Lisbeth recuerda que “a mucha gente no le gustaba cómo se vestía”, todo animal print, cuero, botas vaqueras. Pero a David la opinión del resto era lo que menos importaba. En una entrevista al mismo medio, indicó que “algunos piensan que me veo como la mierda pero les da curiosidad y van a los shows. Después se enganchan y a la semana siguiente se visten igual haha”.

Dave parecía sacado de una máquina del tiempo en una era reinada por Nickelback, The Black Eyed Peas y Eminem. Los hits del momento eran La Gasolina de Daddy Yankee, You’re Beautiful de James Blunt, La Tortura de Shakira y los singles de Confessions On A Dance Floor de Madonna. Eran los años de apogeo de Coldplay y los primeros atisbos Maroon 5, Artic Monkeys y Rihanna que acababan de lograr sus primeros éxitos. En el frente del rock, Evanescence y la mezcla rock-pop de The Rasmus daban la pelea. Una luz era el clamor de la crítica por el disco American Idiot de Green Day y la fiebre Emo con bandas como Good Charlotte, Fall Out Boy, Yellowcard, además de System of A Down que lanzaba su ovacionado B.Y.O.B.

Crashdiet siempre estuvo en la mente de David y tuvo ese nombre desde que lo imaginó. Pasó por una primera formación que no funcionó. Posteriormente aparecieron Peter London y Martin Sweet. Eric Young estaba dando vueltas hace rato pero a David no le agradaban ni sus gustos extremos ni su apariencia: “Tocaba death metal, lo recuerdo con el pelo largo hasta el culo, barba tipo ZZ Top, se veía como el típico metalero sueco… hediondo y todo haha”. Pero Eric quería estar en Crashdiet, así es que le dieron una oportunidad. No se habían visto en un año pero el momento fue como cuando a Betty La Fea le cambian el look: “Se había decolorado el pelo, se afeitó, bajó 70 libras y parecía una puta pero tocaba batería como Tommy Lee. Así es que le dimos entrada a de inmediato”.

De izquierda a derecha: Martin Sweet (guitarra), Peter London (bajo), Dave Lepard (guitarra y voz) y Eric Young (batería)

Es posible que David haya creado un monstruo. Crashdiet lanzó su disco Rest In Sleaze en 2005, el que fue aclamado por la crítica e incluso bautizado como el Apettite For Destruction de nuestros días. Crashdiet se convirtió en el primer grupo de hard rock que en 10 años firmaba para una discográfica internacional : Universal Music y hasta se volvieron embajadores de la marca Sony Ericsson.

Sin embargo, la vida de rockstar era un cuento que al parecer, se había quedado en los ’80. En una entrevista con la revista sueca Groove, Dave declaró que “Queremos volver a poner el hard rock en la pista pero la gente del hip hop vive el sexo, las drogas y el estilo de vida del rock ‘n’ roll en mayor medida que los rockeros”. Al describir su estilo de vida, dijo: “Vives en el caos, dependes de la asistencia social, eres un adicto y las cosas apestan”.

Lisbeth recuerda que en el momento en que su éxito era feroz, Dave lo estaba pasando mal: “No estaban recibiendo ganancias. Dave pasaba hambre, tenía que pagar el arriendo y otras cuentas. Obtenía dinero por parte del seguro social del gobierno pero vivía en Uppsala, que está a 70 km de Estocolmo, donde estaba el resto de la banda y el tren y el bus no son gratis. Tenía que pelear por dinero todo el tiempo. Me acuerdo que solía llevarle comida y cosas, lo ayudaba con sus instrumentos, etc”.

Crashdiet no estaba bien tampoco. Algunos reportes indican que la banda se iba a disolver porque los miembros estaban hartos de la adicción de Dave a las drogas y alcohol. Su mamá tiene otra versión, que indica que el sello maquinó una operación a escondidas, marginándolo de las reuniones con la banda “Él no podía entender por qué no podía estar en las reuniones y pensó ‘ok, voy a hablar con la gente yo mismo’ y llamó a sus amigos, incluida su hermana y les dijo ‘Crashdiet se separa’. Esto era secreto. Estaba tan decepcionado. No podían separar a Crashdiet ¡Era la banda de David! Y lo hicieron a sus espaldas”.

Dave hace rato ya estaba pensando en otro proyecto, en el que trabajaría sólo con Peter London, llamado Laura Meffesser. Posteriormente, el bajista confesó a Lisbeth que el cantante quería dedicarse exclusivamente a ese proyecto.

Pero Crashdiet era el amor de su vida, la banda que había imaginado desde adolescente, cuyo nombre guardó por años, cuyo logo fue lo primero que pintó en su vida.

La última vez que su hermana habló con Dave, fue el día que él le contó que Crashdiet se separaba. Después de eso, ni ella ni su madre supieron de él por alrededor de una semana. Cuenta Lisbeth que eso “No era algo inusual porque no hablábamos todos los días y cuando él trabajaba y se ponía a crear, no le gustaba que lo molestaran. Pero pasados unos días, Felicia me llamó preguntándome si había sabido algo de él y le dije que no. Ella fue a su casa y tocó el timbre, él no contestó pero se escuchaba música y Felicia pensó que él no quería hablar. Llamó a su mejor amiga, Johanna, que tenía una copia de la llave del departamento”.

Un 20 de Enero, Johanna abrió la puerta y vio a Dave colgando. El médico forense indicó que había pasado días muerto, por lo que la familia de David cree que la fecha fue el 13, día que se ha consolidado como el aniversario de muerte de Lepard alrededor del mundo.

Un mes antes de su muerte, David había hablado con su madre. Lisbeth relata que le dijo “Ok, mamá ¿de verdad quieres ese Ford Mustang 65? Yo le dije ¿por qué? Y contestó que el dinero llegaría en la primavera. Le dije ‘David, tienes que guardar ese dinero para ti’ y se enojó conmigo porque siempre me dijo que me lo iba a comprar cuando fuera una estrella de rock. David murió y cuando pasaron algunos meses llegó el dinero. No lo quería, quería a mi hijo de vuelta pero después de un año, pensé qué mierda… Me voy a comprar el auto. Y lo hice. Fui hasta el cementerio y lo encendí y el motor sonaba  VROOOOWWWING! Le dije Dave, acá está nuestro auto.”

Héroe o villano, Dave Lepard y David Hellman convivían en un mismo cuerpo y un 13 de Enero uno de los dos ganó la batalla. No sabemos cuál. Sí sabemos que cuando el sleaze parecía estar sepultado, Dave Lepard lo resucitó y creó una obra de arte tapizada en cuero y animal print.

Su historia estremece porque reúne todos los elementos para crear un mito, Frankenstein o Prometeo estaban hechos de los mismos elementos. La creación se vuelve en contra del creador. Sí, Crashdiet quizás fue un monstruo pero su legado dio inicio a toda una generación de nuevo Sleaze y su actitud en vida es una inspiración para los incomprendidos que se unieron bajo su alero.

Su música no compite con el virutosismo de bandas técnicas, no tendrá de amigo a Dave Grohl o a Mike Patton, ni la progresión de Pink Floyd. No saldrá en Rolling Stone. No se moverá como Jagger. El hard rock viene de hacer magia con lo básico. Sin pretensiones. Como dijo alguien por ahí “sé que es sólo rock and roll pero me gusta”. Y qué ironía, es el título de su obra maestra: Rest in Sleaze, Dave Lepard.

Este es el tema favorito de Dave del disco debut de Crashdiet

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