HELLOWEEN EN CHILE 2018 : ARE YOU METAL? O ARE YOU TRULY?

 

No soy buena escondiendo mis sentimientos. Nunca lo he sido y la verdad, no pretendo serlo. En Heavyfonía siempre hemos dejado en claro que somos fans y no musicólogos wanna be. No por eso, vamos a dejar de ser críticos cuando corresponda.

Y sí, lo cierto es que he sido fan de Helloween desde mi adolescencia, background detallado en mayor amplitud en el  review del concierto anterior de la gira Pumpkins United en Chile.

La verdad ambas veces que los he visto ha sido muy especial. En dichas ocasiones, he tenido el privilegio de presenciar este tremendo show gracias a dos almas caritativas, por cierto personas muy significativas en mi vida. Eso ya entrega al evento un tinte especial. Personalmente, ha sido muy simbólico.

Pero más allá de un ámbito personal, me gustaría hacer una reflexión sobre algo maravilloso que ocurrió ayer. Fue el día en que Arch Enemy, Kreator y Helloween tocaron en el mismo escenario, bajo el mismo techo y nadie recibió escupos y todos lo pasaron de lo mejor y celebramos el metal en todas sus variedades y aspectos en grande.

Sí, anteriormente han existido experiencias en las que se han fundido estilos bajo un solo cartel, por ejemplo en lo que fue el ya desaparecido Metal Fest. Pero también ha habido experiencias desastrosas debido a lo mismo.

Para comenzar con lo más suave, aún recuerdo ver a Judas Priest y Whitesnake juntos en 2005 y mientras la banda de Coverdale tocaba, escuchar a un par de ‘trulys’ gritando “Judas. Judas!”. Una falta de respeto. Estoy segura que muchos de los que gritaron el nombre de la banda que cerraba el espectáculo esa noche, también eran músicos y como tal, mínimo respetar al colega en el escenario. Y si no eres músico, igual es un acto que deja notar una falta de cultura y tolerancia tremenda. Además ¿de qué nivel estamos hablando? Whitesnake no tendrá el peso ni la influencia de Judas Priest en el Heavy Metal pero al fin y al cabo hacen lo suyo, lo hacen bien y cuando Judas recién incorporaba a Halford en sus filas, David Coverdale ya estaba grabando Burn con Deep Purple.

Y ahora, vamos a los episodios trágicos, comenzando por Iron Maiden en 1996, inolvidable escena cuando durante The Trooper, a Blaze Bayley lo llenaron de escupos y casi se baja del escenario junto a Steve Harris a reventar a puñetazos al idiota y la multitud logró sacar al individuo del recinto en apoyo al nuevo cantante.

Pero anterior a eso, esa misma audiencia había presenciado, si es que, la mitad de la primera canción de Héroes del Silencio. Lanzaron tantas cosas al escenario que una botella hirió al baterista en la cara y el grupo español, en su último llamarazo de gloria, durante la gira de Avalancha, hizo historia con probablemente uno de los conciertos más breves de ésta.

Finalmente, me gustaría recapitular y mencionar a una de las bandas que tocó ayer : Kreator en 2007, junto a HammerFall y Timo Kotipelto  de Stratovarius. Otro, que recibió una lluvia de escupitajos por parte del público que consideró que la música del finlandés era digna de una princesa en un mundo de orcos trve por supuesto.

En el caso de todos los músicos mencionados, me imagino lo degradante de ser escupido por la audiencia (no me vengan con Mike Pattton, que ese ser es especial). Se escupe al peor enemigo. Se escupe a un dictador en su tumba. Se escupe para humillar.

Todo esto para rememorar lo vivido ayer, tarde en la que luego de Arch Enemy y Kreator, Helloween volvió a los escenarios chilenos con su gira Pumpkins United. Está claro que el nivel de bandas es diferente. Que Helloween no es Kotipelto (aunque musicalmente no están lejos y los alemanes efectivamente influenciaron a la música de Timo) y que ciertamente, eran el plato de fondo. Sin embargo, la jornada habla bien del público y denota cómo ha cambiado nuestra sociedad en tan poco tiempo.

Es la globalización, es la exacerbación, celebración de la diversidad, la diferencia y lo sensible que es el tema de la discriminación actualmente, llámenlo como quieran. Se nota un cambio y para bien.

Helloween no destiñe en esta segunda ocasión e incluye temas no tocados en la oportunidad anterior como Pumpkins United, March of Time y surpime otros como If I Could Fly, Kids of the Century, Waiting for the Thunder, Forever and One, I Can, Why?, Rise and Fall, Where the Sinners Go.

El público se veía claramente menos eufórico, puede deberse quizás a la misma diversidad de estilos (que muchos hayan ido a ver a Mike Amott y compañía o a Kreator y se hayan quedado a Helloween). Puede ser que muchos se repitieron el plato de Helloween y que la novedad se  desvaneció. Lo cierto es que en mitad de cancha, son solamente los temas de Walls of Jericho los que logran desatar un mosh enardecido y en general la gente se ve mucho más pasiva en cuanto a respuesta e interacción con el grupo.

Fue un show más conciso, sin la intervención de las caricaturas de calabazas presentando cada set de temas y que descartó bastantes tracks enfocados a los fanáticos. Se trató de un espectáculo más general, lo que era evidente siendo ya su segunda visita en este tour y dentro de un festival donde hay que acomodar mejor los tiempos de cada banda.

Sin embargo, Helloween entregó dos horas y media de Power Metal en  un recinto lleno de metaleros de los más diversos estilos. And there was magic in the air. No hubo escupos. No hubo pifias ni gente gritando el nombre de otra banda mientras otra se presentaba. Esa es la idea. Es a lo que Rob Halford apuntaba cuando decía que los metaleros son (y debieran ser) casi una hermandad. Es ese sentimiento que al que Sam Dunn se refería en A Headbanger’s Journey y que nos une:  “Si el metal no hace que se ericen los pelos de tu espinazo, nunca lo entenderás”.  Are You Metal? Ayer lo fuimos. Todos. Y lo seguiremos siendo.

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