En el mundo occidental, pocos saben de la existencia de Ziggy, principalmente por la escasez de material en inglés u otros idiomas sobre ellos. En Japón, en cuanto a sonido y estilo, serían los equivalentes a Hanoi Rocks (no somos amigos de los paralelos entre dos mundos tan distintos (oriente y occidente) pero es una referencia para que quienes no los conocen se hagan una idea).
Formados en 1984 y pasando por diversas formaciones, incluso cambiando de nombre entre 200 y 2003 a Snake Hips Shakes, su cantante, Morishige Juichi es el personaje que provoca la ira de hide de X Japan en una legendaria pelea en el lobby de un hotel que termina con el legendario guitarrista rociando el lugar completo con un extintor y con X Japan marginados del resto de los grupos en giras, siempre quedándose en un hotel separado. Lee más acá
Dos al hilo, Rockshow es el sucesor del gran álbum titulado simplemente 2017, del año pasado y está al mismo nivel de excelencia. Ambos suenan igual de eclécticos pero en diferentes aspectos. Si 2017 tiene una base punk en todos sus derivados, incluyendo post punk y pop punk; Rockshow se construye a partir del Heavy Metal, comenzando con el segundo track Rockshow y el tercero Sonohikiganewo Hike, una dupla explosiva para abrir el álbum luego de una intro acústica, con riffs demoledores y baterías avasalladoras, obra de Chargeeeeee, batero que ha acompañado a Marty Friedman en sus giras, incluyendo su visita a Latinoamérica.
Entre heavy metal y hard rock, Ziggy no puede ocultar su procedencia con ese característico sonido Jrock, con elementos punk y ska, que resulta en canciones saltarinas y un estilo que posee esa duplicidad de bandas como Ramones o Misfits: el poder de sonar poderosos y rudos pero con líneas vocales dulzonas y pegajosas que te remiten a un opening de animé, en especial Wonderful Feeling .
Pero no sólo Heavy Metal respira Rockshow. También hay cortes con tintes más progresivos. Konoyoruno Mukouhe ( track 4) en especial, recuerda a Adorenarin de Siam Shade en algunos pasajes. La voz de Juichi efectivamente se parece a la de Michael Monroe en timbre y vocalizaciones, lo que resulta en matices muy glam rock de los 70 y principio de los 80. Y por supuesto, esas baladas desgarradoras que parecen una tradición del hard y glam rock y tienen un dulzor especial en su versión japonesa, desde X Japan hasta Show-Ya y en estilos más extremos como el de Dir En Grey, llegando finalmente a tracks como Tokino Nagareruotowo Kikeba (7) y Tomono Matsu Sorahe (12) presentes en Rockshow de Ziggy.
El lenguaje para algunos puede ser una barrera. El no poder corear los temas de Ziggy impide que estos se conviertan en himnos para nosotros. Sin embargo, el japonés es un idioma versátil, que puede sonar cándido en la voz pop de Ayumi Hamasaki y siniestro en Klaha durante su era Malice Mizer; siempre se acopla a la música y en el heavy metal y hard rock, suena simplemente perfecto, cosa que han demostrado bandas como EZO, Anthem o los mismos Loudness en sus ediciones niponas. En el caso de Ziggy, el idioma no debiera ser una barrera para apreciar su increíble música.
Oficialmente llamado ‘Rockshow, 12 killer tunes’, Ziggy cumple su promesa en este álbum. Son 12 canciones para deleitar el oído de cualquier rocker@ , lo que demuestra que en inglés, japonés o español el rock and roll es simplemente rock and roll y cuando es bueno, el lenguaje es lo que menos importa, porque la música es un idioma universal y Ziggy lo maneja a la perfección.
HIGHLIGHTS
Rockshow, Sonohikiganewo Hike, Wonderful Feeling, Don’t get me Down